Sobre el ambiente del vestuario, contaros que por ejemplo, las bromas iban desde untar de vaselina las lunas del coche de algún compañero, hasta prenderle fuego a la mochila de otro (con todo su interior), rajarle los neumáticos a alguno, vaciar el despacho del entrenador y colocar todos sus muebles en el pasillo y cosas que aún años después, los jugadores de aquel equipo no revelan (o no se pueden publicar).